viernes, 4 de febrero de 2011

BORGES Y LOS GATOS



Borges y los gatos

Jorge Luis Borges amaba a los tigres y sentenció que Dios creó al gato para que el hombre pudiera acariciar al tigre. Es así que bajo la caricia de la lengua áspera de los pequeños felinos, conoció la secreta escritura, el enigma que guardan en el fondo de sus ojos, la adoración que provocaron entre los faraones del antiguo Egipto.

Mi gato sube cadencioso las escaleras del altillo, se acerca, lame las manos del retrato de Borges, me mira, se acuesta a sus pies, y para mi asombro, forma un círculo frente al sendero de miradas que se bifurcan.

NAna Rodríguez. Del libro, Efecto mariposa

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