sábado, 7 de febrero de 2009



Efecto mariposa (2004)
Des-almadas
Al maestro Carlos Ruíz

¿Si sabes que uno de los temas de discusión de los Padres de la Iglesia era averiguar si las mujeres tenían alma? Le preguntó escandalizado y en voz alta.
Pues uno que las conoce, sabe que no. Le contestó con un suspiro hondo y la mirada trémula.
Cenicienta
Pasada la media noche es hora de emprender la fuga, antes que los pájaros nocturnos pierdan la levedad de sus encantos, presas del humo, la soledad y los alcoholes.
Imperativa
Le dije:
¡Intúyeme!
Me has desarmado con sólo una mirada
Condúceme hacia la hondura de tus besos
Arrástrame hasta la espesura de tus cabellos
El aroma de tus axilas, la redondez de tus pupilas
¡Traspásame!
Navégame con la tibieza de tus pies
La suave curva de tus uñas.
Erige con tus manos un altar en mi espalda
¡Pruébame!
Hunde tus dientes en la carnosidad sublime de las frutas
Recorre mis laberintos, descúbreme
Sé domador de mis abismos
Reina en la más profunda cavidad
Arráncame el grito de la sangre
Derrámame el vino de la especie:
¡Floréceme¡

Nunca supe si lo intimidaron las palabras y su significado. La voz pasiva o la acción de los verbos. El caso es que salió huyendo con la disculpa de ir a comprar cigarros.
Amuletos
Cuentan que algunos monjes de la secta del Temple, esclavos de sus votos de castidad, para evitar las erecciones que producían las tentaciones de la carne, se ponían unos pantalones de piel de oveja que no se quitaban jamás, por lo tanto, pasaban muchos años sin conocer lo que era la necesidad del baño.
Podrán imaginar ustedes, los olores que emanaban de su protegido y casto cuerpo . ¿Qué mujer, por pecaminosa que fuera se atrevería a tentar a tan santos varones?
Pues hubo una que usaba un amuleto de piel de zorro para atraer a los hombres, cualquiera que fuera su condición. Al pasar por una de las abadías, se hizo pasar por una pordiosera .
Al amanecer, la zorra había esquilado a los corderos.
Torres del silencio II
Tras el derrumbe, una polvareda de silencio se levantó sobre las gran ciudad.
Las piernas de arcilla del gigante, quedaron al descubierto. Los muertos en sus torres de eternidad aún no saben quién envió los pájaros de fuego que apagaron su luz antes del medio día.
Planos alternos
Mientras en alguna parte del universo, tras una pataleta, un niño rompe un libro justo en la página donde se encuentra el dibujo de un átomo, en otro distante lugar, las sombras de las víctimas quedan estampadas en los muros, después de la explosión nuclear.
Efecto mariposa

En sus años de juventud el aprendiz de pintor anhelaba con vehemencia ser un gran artista reconocido, pero fue rechazado en dos oportunidades por la escuela de Bellas Artes de Viena. Desilusionado y rencoroso, se marchó de allí y durante algunos años sobrevivió vendiendo sus acuarelas a los judíos. Se prometió a sí mismo ser alguien importante para el mundo.

Años después, sería el autor del holocausto más grande que haya podido recordar la humanidad.
Generación de empleo
Lo intenté todo: cursos, conferencias, seminarios, asesorías, talleres, recitales, cátedra, conversatorios, exposiciones, redacción de noticias, producción editorial de libros y revistas, fotografía, video; tejidos de punto, confección de faldas, camisas, bufandas, bolsos, individuales, móviles; venta ambulante de cordones, periódicos, incienso, cigarrillos, frutas, pilas, máquinas de afeitar, condones, libros piratas, caucheras, bolsas para la basura, panelitas de coco, empanadas, ropa de tercera, caucho para la olla express, agujas, tijeras, alfileres, cartón para reciclar, venta de vicio, prostitución, robo, asalto, etc...,
El país no se podrá quejar. Somos una generación recursiva.
Borges y los gatos
Jorge Luis Borges amaba a los tigres y sentenció que Dios creó al gato para que el hombre pudiera acariciar al tigre. Es así que bajo la caricia de la lengua áspera de los pequeños felinos en sus manos, conoció la secreta escritura , el enigma que guardan en el fondo de sus ojos, la adoración que provocaron entre los faraones del antiguo Egipto.
Mi gato sube cadencioso las escaleras del altillo, se acerca, lame las manos del retrato de Borges, me mira, se acuesta a sus pies y para mi asombro, forma un círculo frente al sendero de miradas que se bifurcan.

La fotografía es de Jaime Rodríguez Romero


Efecto mariposa


Reseña
Efecto mariposa. Nana Rodríguez Romero. Colibrí Ediciones. Tunja, 2004.


Efecto mariposa, es el octavo libro o minilibro, que hoy lanza al mundo y sus alrededores, Nana, como un regalo a los amigos. Pues en estos tiempos ce hipermercado de letras y de grandes economías de lectura, ¿Quiénes más nos leerán, aparte de los amigos?

Aunque siendo un poquitín lógico, y hasta tautológico retuerzo la intención anterior observando. ¿No se convierte, acaso, en amigo nuestro aquel que nos lee, por el solo hecho de leernos? Y respondo que si.

Efecto mariposa, es el producto de una beca de residencias artísticas que el Ministerio de Cultura de Colombia y el CONAC de Venezuela otorgaron a la autora; consta de sesenta y tres minicuentos para todas las disposiciones espirituales, con temas como: los gatos y las gatas, el cine, la política , el deseo, los múltiples deseos del cuerpo y del alma, la filosofía, la sicología de los enemigos que desarrollamos bajo el principio de legítima defensa, las remembranzas de cuentos idos que nos invitan y nos abren de nuevo las puertas a otros libros o a los mismos de siempre; los homenajes a los amigos, de quienes Nana, captó un momento, un borde y una imagen pintada al vuelo con palabras; todo esto y mucho más está en la obra contenido.

No todas las historias comparten un mismo estilo. Algunas no tienen final sorpresivo y la historia se disuelve en sí misma bajo la forma de una reflexión autocontenida que se revela después de tres lecturas seguidas, como en :

Cenicienta

Pasada la media noche es hora de emprender la fuga, antes que los pájaros nocturnos pierdan la levedad de sus encantos, presas del humo, la soledad y los alcoholes.

Otras historias tienen final y sorpresa. La salida abrupta que a tantos nos atrae. Si miramos la extensión de los relatos, la vemos alternar con los maestros de género entre ellos Monterroso, el cuento más breve es a la vez una réplica y una declaración teológica de principios:

Correcciones:

Nuevo testamento: Fe de erratas del antiguo testamento

Este trabajo de Nana sería una obra a medias, sin aspiraciones, si en sus páginas el lenguaje no se vivificara. Si de sus líneas no salieran nuevos aromas para el paladar de los entendidos. En ese punto, la autora cumple la cita con los exigentes, pues en sus textos habitan viejas y nuevas palabras que vuelven a lucir sus galas dando y tomando vida del entorno. El lenguaje allí se reestrena. Palabras sabrosas y sonoras encuentran en sus textos un lugar natural. Y el español recibe oxígeno en sus pinturas.

Para minifinalizar, miremos el título por un segundo, o un minisegundo para ser consecuentes. Por qué el título Efecto mariposa, nos preguntamos; y viniendo Nana de la poesía y de la ficción, la vemos a su vez, hermana de la ciencia moderna. Ya en su primer libro El sabor del tiempo, la dedicatoria es para la ciencia y para su gran divulgador Daniel Boorstin. En Efecto mariposa , continúa el homenaje a la sabiduría, no olvidemos que se trata de una escritora con formación en filosofía.

Este efecto mariposa es la constatación (y la sospecha) del profundo encadenamiento de los hechos que otros llaman mecánica, si son científicos; o destino, si son ciudadanos del común. Se afirma pues, que una pequeña causa originada en la China puede desencadenar en el otro lado del mundo, un efecto devastador. Una mariposa que aletea en una calle del mercado de Pekín, puede desencadenar una tormenta en Lima o en Santiago, si encuentra el multiplicador adecuado en ese laberinto de los efectos y de las causas que recorren la atmósfera y el mundo y que escapan al seguimiento de la razón. Este es el sentido y la razón filosófica del título.

Para bien o para mal el minicuento está en el corazón de la sensibilidad contemporánea. Ya no tenemos tiempo, ya hemos perdido la atención. No encadenamos silogismos. No hacemos razonamientos de largo aliento. Queremos el comienzo, la trama y el final ahora mismo. Sin dilaciones. En esa perspectiva aparecen las minificciones para llenar un espacio de la gula y la ansiedad. Que no se diga que algún cliente no ha quedado satisfecho.


José Francisco Rodríguez Latorre

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