sábado, 7 de febrero de 2009





El oro de Dionisios (2005)


Narciso


Mi rostro reflejado en el manantial, ha sido arrebatado por ninfas de miradas húmedas.


Yazgo entre algas y guijarros. Vienes desnuda a contemplar tu belleza en el espejo.

Te miro desde el fondo del pozo, te corono de nenúfares..


¿Qué fuerzas te protegen para que no caigas a mi lado?


Ganímedes


Amante de Zeus, ven y sirve mi copa cuando la noche arrecia. ¿Recuerdas los besos de Alcibiades envuelto en la piel de los corderos? ¿Recuerdas el abrazo del águila que te arrebató de la miseria de los hombres?


Muchacho de luz, fruto abierto:


derrama tu vino en la boca del sediento, consagra las vendimias del amor.



Leda


¿Quién es ese cisne que ha cruzado los cielos, me estrecha entre sus plumas y pone entre mis pechos su pico rosado y su respiración?



Ifigenia


Los dioses han destilado su ira contra la casa de mi padre. Inmolado mi cuerpo de doncella no conocerá los goces del amor. Vientos contrarios: apresurad vuestros labios, hinchad las velas de los barcos, mi padre me ha tomado, la piedra de los sacrificios tiembla al recibirme.


Ayer jugaba con torcazas y alondras, la muerte me quiere cubrir con sus vestidos blancos.


Dioses celosos y pequeños, envían su fuego sobre las hijas de los reyes.



Medea


El amor y el crimen han acompañado los días de mi vida.


Mi hermano muerto, mi rival coronada por diademas de veneno, su traje de fuego, mis horrorosos crímenes.


Jasón, ¿sabes qué sentí al degollar a mis hijos? Sabes del valor de mi corazón para arrancar esas flores de mi vientre antes de verlas víctimas de manos enemigas?


No me bastará la eternidad para llorar por ellos, sus bucles dorados, sus ojos inocentes, sus gritos, la sangre tiñendo las habitaciones.


Conozco los venenos, pero ninguno tan letal como la mirada aterrada de mis hijos.

La fotografía es de Jaime Rodríguez Romero


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